Existen dos tipos de té verde, chino y japonés. Su diferencia se debe principalmente al proceso de elaboración. Aunque este té atraviesa varias etapas, los microorganismos que harían fermentar las hojas se destruyen por acción del vapor o por calentamiento.
El té verde japonés se deja secar la hoja cortada al vapor para detener su oxidación, tratando de preservar el gusto a hierba mientras que en el té verde chino se seca la hoja enrollada al horno o al fuego.
Este tipo de té es considerado el "mejor" en cuanto a propiedades. Es un té que no contiene oxidación, por lo que mantiene sus componentes naturales intactas.
Sus principales propiedades son:
Para disfrutar de todos estos beneficios, es necesario tomar de 2 a 3 tazas al día.
Los chinos fueron los primeros en descubrir el té, y allí se encuentran la mayoría de sus variedades, pero el té verde es más bebido en Japón. Aunque la recolección y el método de tratamiento también fueron importados de China, a lo largo de los siglos, los japoneses se han hecho expertos en su cultivo y producción, al punto que la bebida se ha convertido en un icono cultural del país. Los mejores tés verdes de Japón son de Uji, región de Kioto. La gran mayoría de los tés japoneses son los Sencha o Bancha, es decir cultivados a pleno sol y una ínfima parte son los tés Gyokuro, los más caros y reconocidos, crecidos a la sombra.
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